Mi ciudad tiene el encanto
de una siesta de domingo
y la serenidad de los ancianos
que se sientan a recordar...
Montevideo huele a sol
y a tamboril
a mate amargo, a murga
y a relojes detenidos
a barrio, a rambla y a carnaval...
Cachumbambé que sube y baja
son sus calles
sinuosas y quebradas
como caderas frenéticas de candombe
Retengo en mi memoria
la cadencia sutil que trae el río
porque es como yo
que siempre vuelve
para besarle las manos
23/08/2009
Publicado en 2009
"Letras del Mundo" - Editorial Nuevo Ser
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