CARA A CARA
Ahora que estamos así, cara a cara, será mejor
decirnos de una vez lo que nunca nos dijimos.
Por ejemplo: Que odio tu sonrisa leve, de dientes desparejos tanto como esa ceja levantada que te delata el malhumor.
Detesto ver que asfixias las palabras
hasta desorbitar tus ojos, inyectados de odio y de impotencia.
Aborrezco que tus sueños te desvelen en silencios apartándote del mundo y de mí.
Me irritan tu irracional tozudez y displicencia
a la hora de encarar una disputa.
Y por sobre todas las cosas odio que te ufanes por haberme seducido con tu simple lógica y tu discurso formal y prolijo.
Pero, para poner las cosas de igual a igual
tengo que decirte que me gusta la pasión que le pones a las cosas.
Que adoro cada una de esas pecas deslucidas que aún te quedan.
Que valoro que no intentes borrar esas marcas
que la vida te ha pintado en el pelo y en la cara.
Que comprendo que dediques buena parte de tu tiempo a soñar, sin decir nada…
Y más que eso, adoro que recuerdes -cada día- que la vida hay que vivirla sin rencores, ni antonimias.
Y que me alegra que aún te puedas sorprender y ser feliz.
Mejor será que termine de limpiar este espejo…
08/12/2011
Publicado en 2015
"Letras del face 8" - Editorial Dunken