EL TIPO


 

Esta es la historia de un hombre que alguna vez conocí.

Un tipo lleno de metas, por trazar y conseguir.

Tenía talento y pujanza; temperamento y juventud

era un rey en las finanzas y en los negocios, una luz.

Su justa dosis de astucia le mostró cómo crecer

si se rodeaba de gente, toda cercana al poder.

Tenía una hermosa casa; auto; campo y hasta un loft

también, caprichos de divo y mirada de seductor.

Comía caviar, bebía brandy; el éxito lo embriagaba.

Se sentía todo un dandy y como tal se mostraba.

Adquirió muchas empresas y conquistó secretarias;

tenía mujer; ex esposas; amigas y amantes, varias.

El tipo tenía estilo; era apuesto y encantador.

Aunque bastante arrogante; egoísta y fabulador.

En cuestiones amorosas no se jugaba por nada.

Nunca se enamoró; pero ¡Dios… cómo besaba!

Y como bien es sabido: ‘mundo que avanza, gira’

El vértigo de lo vivido, le aseguró la caída.

Los hombres que van creciendo a costas de felonías

se terminan diluyendo en sus propias porquerías.

Y de un horizonte soleado, a nubarrones de tormenta…

Lo citó un magistrado para que aclare sus cuentas.

Perdió la casa y el campo; la visa y la master gold.

Lo dejaron con lo puesto; o sea: en ropa interior.

Notó que su talle menguaba y sin poderlo creer

se redujo hasta caber sentado en la punta de un alfiler.

Una lluvia que amenazaba se desató en tempestad

salpicando cada baldosa de esta bendita ciudad.

Atrapado quedó este tipo, en una gota de agua

y nadie escuchó sus gritos, mientras en ella se ahogaba.

Un perro viejo que andaba con el hocico en el piso

al final lamió la gota con el cadáver del tipo.

 18/08/2012

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